"Su madre le había dicho que era un “accidente”. ¿Cómo podría ser alguien un accidente?"
Nadaban en el invierno para sentirse vivos.
No había nada más bonito, pensaba Mary, que el olor de un gallo húmedo, el sonido de la lluvia en el techo y el sabor de una leche condensada directamente de la lata, mientras veía su caricatura favorita.
Estoy tratando de perder peso porque mi psiquiatra, el Dr. Bernard Hazelhof dice que un cuerpo saludable es igual a una mente sana. Dice que mi mente no es muy saludable.
Lamentablemente, en los Estados Unidos los bebés no se encuentran en latas gaseosa. Le pregunté a mi madre cuando tenía cuatro años y me dijo que venían de huevos puestos por los rabinos. Si no eres judío, eran puestos por monjas católicas. Si eres un ateo, eran puestos por sucias y solitarias prostitutas.
Cuando yo era joven, me inventé un amigo invisible llamado Sr. Ravioli. Mi psiquiatra dice que ya no lo necesito, así que el solo se sienta en la esquina y lee.
Las colillas son malas porque se van al océano y los peces las fuman y se vuelven dependientes de la nicotina. Solo estoy bromeando, porque es imposible para un cigarrillo permanecer encendido bajo el agua. Además los peces no tienen bolsillos para guardar los encendedores.
Nací judío y solía creer en Dios, pero he leído muchos libros que han probado que Dios es solo un fragmento de mi imaginación. La gente cree en Dios porque responde preguntas complicadas. Como de dónde vino el universo, si los gusanos van al cielo o por qué las ancianas tienen el cabello azul.
Una vez la policía me llevó para interrogarme, pero me dejaron ir cuando decidieron que no era una amenaza para nadie, excepto para mí mismo.
A menudo la gente me confunde, pero intento no permitir que me preocupen.
Encuentro a los humanos interesantes, pero me cuesta entenderlos. Creo, sin embargo, que te entenderé y confiaré en ti.
Mi maestra, la Sra. Pendergast dice que debería sonreír más. Le dije a mi mamá, así que ella me pintó una gran sonrisa. Ya no creo que le agrade a la Sra. Pendergast.
Yo quisiera estar a cargo de todo el chocolate en el cielo. Pero por supuesto no puedo. Porque soy ateo.
El Dr. Bernard Hacelhof me dice que no se debe pesar más que el refrigerador y que nunca se debe de comer algo más grande que tu cabeza.
Sería bueno que hubiera un “Hada de la Gordura”. Sería como el “Hada de los Dientes”, pero te chuparía la grasa.
"No puedo entender por qué el ser honesto puede ser… incorrecto. Quizá es por eso que no tengo amigos. A excepción de ti, por supuesto."
El Dr. Bernard Hazelhof dice que es bueno tener metas. Pero que no sean estúpidas, como las mías.
PD. No te preocupes por no sonreír. Mi boca casi nunca sonríe, pero eso no significa que no esté sonriendo en mi cerebro.
Si tan solo hubiera una ecuación matemática para el amor.
La inescrutabilidad del amor ganó y el cerebro de Max cedió.
Ivy dejó su herencia al refugio de gatos local, cuyo dueño trasladó su gentil donación a su cuenta bancaria, los senos nuevos de su esposa, un Ferrari y suficiente combustible para llegar hasta México.
"No me siento inútil, defectuoso o como si necesitara una cura. Me gusta ser un Aspie. Sin embargo, hay una cosa que desearía cambiar. Desearía poder llorar adecuadamente. Aprieto y aprieto, pero nada sale."
Y sus lágrimas habían sido el mejor regalo que jamás haya recibido. Dentro de la cabeza de Max, su cerebro sonreía.
Nueva York es un lugar muy atareado y ruidoso. Preferiría vivir en algún lugar mucho más tranquilo como en la luna.
Ha sido duro ver cómo te vuelves un vestigio de la persona a quien una vez amé. Tu investigación sobre enfermedades mentales ha sido admirable pero tu búsqueda idealista para remediarlas ha sido desacertada. Mary, tienes que darte cuenta de que no eres una crema embellecedora mágica que puedes aplicar sobre el mundo para hacer desaparecer sus arrugas. Te amo, Mary pero amo más a Desmond. Espero que algún día tu corazón sane y podamos ser amigos.
La razón por la que te perdono es que no eres perfecta. Eres imperfecta y yo también lo soy. Todos los humanos lo somos incluso el hombre afuera de mi apartamento quien ensucia. Cuando era joven quería ser cualquiera menos yo mismo. El Dr. Bernard Hazelhof dijo que si yo estuviese en una isla desierta entonces tendría que acostumbrarme a mi propia compañía. Sólo yo y los cocos. Dijo que me aceptaría a mí mismo con mis imperfecciones y todo y que no podemos elegir nuestras imperfecciones. Son parte nuestra y tenemos que vivir con ellas. Podemos, sin embargo, elegir a nuestras amistades y me alegro de haberte elegido a ti. El Dr. Bernard Hazelhof también dijo que la vida de todos es como un largo camino. Algunos están bien pavimentados. Otros, como el mío, tienen rajaduras, cáscaras de banana y colillas de cigarrillo. Tu camino es como el mío, probablemente sin tantas rajaduras. Con suerte, algún día nuestros caminos se encuentren y podremos compartir una lata de leche condensada. Eres mi mejor amiga. Eres mi única amiga.
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